sábado, 15 de noviembre de 2014

I+D






Desde hace 4 años, a ejemplo de algunos compañeros nuestros, practicamos sistemáticamente una OCT macular a todos los pacientes que van a ser intervenidos quirúrgicamente de catarata (además de otras exploraciones habituales, tales como la exploración del fondo de ojo).
Consideramos que en la actualidad hay suficientes motivos para justificar dicha actitud.





Mediante OCT podemos detectar problemas maculares que habrían pasado inadvertidos en una exploración rutinaria de fondo de ojo. Muchos de estos problemas pueden condicionar la cirugía de catarata. Por ejemplo, en pacientes diabéticos podemos detectar un edema macular subclínico. En este caso es recomendable tratar el edema macular como paso previo a la cirugía de la catarata.
Otro motivo muy importante es la valoración de la capa de fotorreceptores que nos permite la OCT (sobre todo la de dominio espectral).Es imperativo poder predecir la recuperación de agudeza visual. La valoración de la integridad y continuidad de la capa de fotorreceptores (unión de los segmentos externos e internos) nos ayuda en esta tarea.




Uno de los hallazgos anatómicos que con mayor frecuencia podría pasar inadvertido sin OCT es, sin duda, la membrana epirretiniana (MER). Consiste en una pequeña membrana de fibrosis delante de la zona de máxima visión o mácula que ya os hemos comentado en otros blogs. Tiene relación con un proceso muy frecuente que acontece con la edad, el desprendimiento vítreo posterior.
La importancia de la detección de la membrana epirretiniana viene condicionada por los siguiente:
1º La recuperación de la agudeza visual será menor que en un paciente normal y, por consiguiente, no es aconsejable implantar lentes multifocales .



2º El paciente debe saber que tiene una enfermedad en la mácula y que dicha enfermedad puede progresar en un futuro (se opere o no de la catarata) y requerir una vitrectomía. Con frecuencia el paciente mantiene una agudeza visual aceptable, mayor de 0,5 durante largo tiempo o toda la vida y no nos planteamos la vitrectomía. En ocasiones sin embargo, el edema macular asociado a la MER puede aumentar tras la cirugía de catarata. Muchas veces responde bien a antiinflamatorios no esteroideos tópicos y acetazolamida oral. En otras ocasiones, sin embargo, la MER puede evolucionar a agudezas visuales muy bajas, menor de 0,2 o 0,3 y en estos casos sería necesaria una vitrectomía. Estos casos además suelen asociar metamorfopsia (visión de las líneas rectas como torcidas), muchas veces  muy molesta para el paciente.
Probablemente la MER sea el hallazgo que con mayor frecuencia pasaría desapercibido sin OCT en la exploración preoperatoria de los pacientes con cataratas con todas las implicaciones negativas que ello conlleva.





Recientemente el Dr Paolo Milani ha publicado un estudio prospectivo (Retina 2011) en el que encuentra una frecuencia de MER  en pacientes que van a ser operados de cataratas de 26% detectadas mediante OCT frente a 9,6% detectadas con la exploración de fondo de ojo. Esta diferencia merece una consideración acerca de la conveniencia de practicar sistemáticamente la OCT a todos pacientes que se van a operar de cataratas, máxime cuando se trata de una prueba rápida y totalmente inocua.

Casi todas las semanas , tras la cirugía, comprobamos que una OCT de macula previa a la facoemulsificación, nos ayuda a evitar los imprevistos para nosotros y el paciente que no ve bien.


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