jueves, 27 de agosto de 2015

REVISIONES...dmae



La degeneración macular relacionada con la edad (DMRE) es una lesión de la mácula. La mácula es un área pequeña en la retina (un tejido sensible a la luz que recubre la parte posterior del ojo). La mácula es la parte de la retina responsable por la visión central, la cual permite ver detalles finos claramente.

La mácula representa sólo una pequeña parte de la retina, sin embargo, es mucho más sensible a los detalles que el resto de la retina (llamada retina periférica). El buen funcionamiento de la mácula le permite realizar actividades como enhebrar una aguja, leer letra pequeña o señales de tránsito. La retina periférica le permite tener una visión lateral. Si alguien está de pie a un lado de su visión, la retina periférica le ayuda a reconocer la forma genérica de dicha persona.

Muchas personas mayores desarrollan degeneración macular como parte del proceso natural de envejecimiento del cuerpo. Hay diferentes tipos de problemas maculares, pero el más común es la degeneración macular relacionada con la edad.




La presencia de degeneración macular puede manifestarse con síntomas tales como una visión borrosa, zonas oscuras o distorsión en la visión central, y quizás una pérdida permanente de la visión central. Por lo general, no afecta su visión lateral o periférica. Por ejemplo, si usted tiene una degeneración macular avanzada, puede ver la silueta de un reloj, pero es posible que no vea las manecillas que indican la hora.
Las causas de la degeneración macular incluyen la acumulación de depósitos llamados drusas por debajo de la retina, y en algunos casos, el crecimiento de vasos sanguíneos anormales, también debajo de la retina. Con o sin tratamiento, la degeneración macular por sí sola casi nunca causa ceguera total. Las personas con estados más avanzados de degeneración macular relacionada con la edad pueden seguir teniendo una visión periférica útil. En muchos casos, el impacto de la degeneración macular en su visión puede ser mínima.
Cuando la degeneración macular genera una pérdida de la visión, por lo general comienza en un solo ojo. El otro ojo puede ser afectado posteriormente.

Muchas personas no son conscientes de que tienen degeneración macular hasta que el cambio en su visión es notable, o cuando es detectada durante un examen ocular.
Tipos de degeneración macular: la degeneración macular seca y la degeneración macular húmeda
Hay dos tipos de degeneración macular:
Degeneración macular seca o atrófica con drusas

La mayoría de las personas que tienen degeneración macular desarrollan la forma seca. Esta condición es causada por el envejecimiento y adelgazamiento de los tejidos de la mácula. Por lo general, la degeneración macular comienza cuando unas partículas pequeñas de proteínas “grasosas” de fucsina (drusas), que pueden ser amarillas o blancas, se forman por debajo de la retina. Eventualmente, la mácula puede hacerse más delgada y dejar de funcionar correctamente.
Con una degeneración macular seca, la pérdida de la visión suele ser gradual. Las personas que desarrollan una degeneración macular seca deben hacer un seguimiento cuidadoso y constante de su visión central. Si usted nota algún cambio en su visión, avise a su oftalmólogo de inmediato, ya que la condición seca puede transformarse en una degeneración macular húmeda (exudativa), la cuál es mucho más perjudicial. Si bien no existe ningún medicamento o tratamiento para la degeneración macular seca, algunas personas pueden beneficiarse con un régimen de vitaminas especial para esta condición.



Si usted ha sido diagnosticado con una degeneración macular seca, debe utilizar quincenalmente una gráfica llamada cuadrícula de Amsler. Debido a que la degeneración macular seca puede transformarse en húmeda (una condición más perjudicial), esta cuadrícula le ayuda a hacer un seguimiento rutinario de su visión.  Para usar la cuadrícula de Amsler, asegúrese de que haya buena luz y use sus lentes de lectura, manteniendo la gráfica a unos 45 cm de distancia .
·         Cúbrase un ojo.
·         Mire directamente al punto central con el ojo descubierto y mantenga el ojo enfocado en él.
·         Mientras mira directamente al punto central, observe si todas las líneas de la cuadrícula son rectas o si hay áreas que estén distorsionadas, borrosas u oscuras.
·         Repita el procedimiento con el otro ojo.
·         Si alguna parte de la cuadrícula se ve ondulada, borrosa u oscura, póngase en contacto con su oftalmólogo inmediatamente.
·         Si detecta cualquier cambio en su visión al mirar la cuadrícula, notifique a su oftalmólogo inmediatamente.
·          
Degeneración macular húmeda o exudativa (también llamada neovascular)
Alrededor de un 4 por ciento de las personas que padecen de degeneración macular tienen la forma húmeda. Esta puede causar más daño a la visión central o la visión detallada que la forma seca.
La degeneración macular húmeda ocurre cuando hay un crecimiento de vasos sanguíneos anormales por debajo de la retina. Este crecimiento de vasos sanguíneos se llama neovascularización coroidal (NVC), ya que crecen en la capa debajo de la retina llamada coroides. Estos nuevos vasos sanguíneos pueden tener fugas de líquido o sangre, causando visión borrosa o una visión central distorsionada. La pérdida de la visión con este tipo de degeneración macular puede ser más rápida y más evidente que la de una degeneración macular seca.



El riesgo de perder una visión detallada depende del tiempo que tengan los vasos sanguíneos anormales para continuar creciendo o producir fugas de líquido o sangre (entre más tiempo pasa, mayor es el riesgo). Además, si el crecimiento de vasos sanguíneos anormales ocurre en un ojo, existe el riesgo de que lo mismo ocurra en el otro ojo. Mientras más temprano se diagnostique la degeneración macular húmeda, más posibilidades hay de poder preservar algo o gran parte de su visión central. Por eso es muy importante que usted y su oftalmólogo supervisen la visión de cada ojo cuidadosamente.


lunes, 17 de agosto de 2015

AVANZAMOS,...







Las células madre llevan cerca de tres décadas prometiendo un tratamiento para un enorme rango de enfermedades. Desde que en 1981 Martin Evans y Matthew Kaufman lograron cultivar por primera vez en su laboratorio de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) estas células capaces de transformarse en cualquier tejido especializado, los médicos e investigadores de todo el mundo las ven como una posible fuente celular para regenerar el miocardio después de un infarto o para reemplazar aquellas dañadas por el Parkinson, el Alzheimer o la diabetes, entre muchas otras dolencias.

En aquella primera ocasión se trataba de células de ratón, pero, a pesar del tiempo transcurrido desde entonces y del enorme número de estudios realizados tanto in vitro como en animales, estas células pluripotenciales aún no se han utilizado con éxito para tratar ninguna enfermedad humana. Precisamente su enorme plasticidad y su ilimitada capacidad de autorenovación para formar más células madre han dificultado su uso terapéutico debido a la posibilidad de que lleguen a formar tumores o de que se transformen -diferencien- en tipos de células que no se deseaban obtener.



Pero ese muro científico está a punto de ser derribado. Una investigación realizada en EEUU por uno de los grupos líderes mundiales en medicina regenerativa acaba de demostrar que ya es posible obtener células madre, diferenciarlas en el tipo celular deseado y trasplantarlas a un paciente humano para tratar una enfermedad sin que éste las rechace ni generen problema alguno. En otras palabras, es posible usar esta técnica sin temor a que estas células causen tumores o rechazos.

El trabajo, liderado por Robert Lanza, director científico de Advanced Cell Technology, no sólo ha demostrado la seguridad del uso terapéutico de las células madre, sino que también ha logrado resultados positivos en el tratamiento de las dos enfermedades oculares que suponen la primera causa de ceguera en los países desarrollados.



Los autores del estudio, publicado hoy en la revista The Lancet, utilizaron células madre embrionarias humanas para tratar a 18 personas afectadas por un trastorno en la retina. Nueve de ellas padecían degeneración macular vinculada a la edad y las otras nueve distrofia macular de Stargardt.

En este caso se trataba de un ensayo clínico en fase 1, es decir, que sólo se trataba de demostrar la seguridad de su uso en humanos. Y por ese motivo se realizó el estudio tan solo en 18 personas, un número insuficiente para valorar adecuadamente su validez como terapia médica. Pero, aún así, el equipo de Lanza quiso extraer también conclusiones sobre el éxito del uso de células madre para mejorar la visión de los pacientes. Y, al margen de la estadística, los resultados hablan por sí solos: 10 de ellos mejoraron sustancialmente su agudeza visual, siete no sufrieron cambio alguno o mejoraron muy poco y uno de ellos empeoró su visión.



El trabajo científico arrancó con la obtención de células madre a partir de un embrión humano sobrante de un proceso de fertilidad. Después, lograron encontrar la receta química, los factores de crecimiento, que provocan que las células pluripotenciales se transformen en las células deseadas. En este caso, las del epitelio pigmentario de la retina, aquellas que protegen a los fotoreceptores, las células que permiten la visión. El último paso es el trasplante de las células ya diferenciadas a la retina del paciente para comprobar si se integran en el tejido y realizan su función. Y así fue en la mayoría de los casos.

Ambas enfermedades oculares provocan la muerte de este epitelio de la retina y como consecuencia también la de los fotoreceptores, lo que provoca la ceguera. Por eso es importante, señalan los autores, tratar en los primeros estados de la enfermedad y con el número adecuado de células. Lanza y su equipo probó con dosis de 50.000, de 100.000 y de 150.000 células. «El número de pacientes del estudio fue demasiado pequeño para sacar cualquier conclusión referente a la mejor dosis para lograr una mejora en la visión, pero hemos visto los mayores avances con las dosis de células más elevadas».

Los oculistas y doctores relacionados con la visión señalan que no es casualidad que el primer uso terapéutico en humanos se haya aplicado en un trastorno que afecta a los ojos, ya que estos órganos están muy aislados del sistema inmune y eso reduce el riesgo de rechazo. «Se están sentando las bases de cómo vamos a poder regenerar tejidos que antes era imposible siquiera imaginar», explica la doctora Anniken Burés, del Departamento de Retina del Instituto de Microcirugía Ocular de Barcelona.



Durante años, el uso de células procedentes de embriones humanos despertó un gran debate ético mundial, pero sobre todo en EEUU, donde la Administración Bush prohibió en 2001 que se usaran fondos públicos para investigar con esta técnica. En los últimos años las técnicas médicas han avanzado mucho y ya es posible -gracias al trabajo del Nobel Shinya Yamanaka- reprogramar células adultas para obtener células madre. Pero también se pueden extraer células de un embrión sin destruirlo.

«Tanto las células embrionarias como las pluripotenciales inducidas a partir de células adultas pueden funcionar bien, ya que el protocolo de diferenciación para obtener células del epitelio pigmentario de la retina es el mismo para ambos tipos de células madre», explica Robert Lanza. «Pero es importante señalar que ambas técnicas pueden llevarse a cabo sin destruir ningún embrión», sentencia.

Robert Lanza (Boston, 1956) cuenta que ya alteraba casi como un juego la genética de gallinas y pollos en el garaje de su casa familiar antes incluso de terminar el instituto. Por supuesto, apenas aterrizó en la Universidad de Pennsylvania llamó inmediatamente la atención de los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, que vieron en él un valor seguro de cara al futuro. Y no se equivocaban. En los primeros pasos de su carrera científica, Lanza se situó como una referencia mundial en el campo de la clonación y la investigación del uso terapéutico de las células madre. Uno de sus primeros éxitos sonados fue la clonación de embriones humanos y después continuó con la clonación de animales amenazados. En la actualidad, dirige el equipo científico de la compañía biotecnológica Advanced Cell Technology y es uno de los científicos estrella en EEUU. No en vano, en 2014 fue elegido como una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista TIME. Uno de sus rivales científicos más brillante, Anthony Atala, del Instituto de Medicina Regenerativa de la Universidad de Wake Forest (EEUU), resume así la importancia del trabajo de Lanza en un artículo en The Lancet: «Aún queda mucho trabajo por hacer antes de que las terapias con células madre embrionarias humanas o con las inducidas vayan más allá de estos primeros ensayos, pero las bases ya están sentadas».



Robert Lanza (Boston, 1956) cuenta que ya alteraba casi como un juego la genética de gallinas y pollos en el garaje de su casa familiar antes incluso de terminar el instituto. Por supuesto, apenas aterrizó en la Universidad de Pennsylvania llamó inmediatamente la atención de los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, que vieron en él un valor seguro de cara al futuro. Y no se equivocaban. En los primeros pasos de su carrera científica, Lanza se situó como una referencia mundial en el campo de la clonación y la investigación del uso terapéutico de las células madre. Uno de sus primeros éxitos sonados fue la clonación de embriones humanos y después continuó con la clonación de animales amenazados. En la actualidad, dirige el equipo científico de la compañía biotecnológica Advanced Cell Technology y es uno de los científicos estrella en EEUU. No en vano, en 2014 fue elegido como una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista TIME. Uno de sus rivales científicos más brillante, Anthony Atala, del Instituto de Medicina Regenerativa de la Universidad de Wake Forest (EEUU), resume así la importancia del trabajo de Lanza en un artículo en The Lancet: «Aún queda mucho trabajo por hacer antes de que las terapias con células madre embrionarias humanas o con las inducidas vayan más allá de estos primeros ensayos, pero las bases ya están sentadas».

Avanzamos, quizás mejor con células Ips.




sábado, 1 de agosto de 2015

CON CUIDADO, ...




Aumentan las complicaciones relacionadas con la cirugía de cataratas en los ojos inyectados (intravitreas) previamente

El análisis retrospectivo de los registros de Duke Eye Center y US Medicare, mostraron una mayor tasa de complicaciones relacionadas con la cirugía de cataratas en los ojos que anteriormente se sometieron a inyecciones intravítreas.



El estudio de Duke identificó 197 ojos con la historia de la inyección intravítrea anterior en 10.105 cirugías de cataratas realizadas, y los comparó con un número igual de ojos de control, emparejados por edad y cirujano.

"La tasa de complicaciones intraoperatorias como la rotura de cápsula posterior, vitrectomía anterior y la sustitución no planificado de LIO fue del 3% en el grupo de inyección intravítrea vs. 0% en el grupo control. En estos seis pacientes, el resultado visual osciló entre el 20/20 y el movimiento de la mano, y dos de ellos terminó con una peor visión después de la cirugía de cataratas, según "Paul Hahn, MD, en la American Society of Retina Specialists . Ninguno de los casos se había documentado el trauma de la lente durante la inyección.

En US Medicare, en 278.199 operaciones de cataratas realizadas entre 2009 y 2013, hubo un 0,3% más de riesgo de endoftalmitis en asociación con la terapia anti-VEGF.



"El riesgo puede ser debido a las propias inyecciones intravítreas, pero se necesitan más estudios para determinar si las inyecciones intravítreas modulan el riesgo de endoftalmitis post-catarata", dijo Hahn.

"Se puede producir algún trauma de la lente clínicamente aparente, más a menudo de lo que pensamos, y que podríamos estar rozando la lente sin saberlo".



Hahn recomendó comprensión íntima de la anatomía del ojo, sobre todo para el personal poco entrenado en realizar inyecciones intravítreas.

"Es importante no ser displicente sobre cómo se realiza este procedimiento “  En la zona ya lo estamos observando.