jueves, 8 de octubre de 2015

SALUD OCULAR 2015



Con motivo del Día Mundial de la Visión que se celebró ayer, compartimos un artículo sobre prevención de la degeneración macular relacionada con la edad.

El Día Mundial de la Visión es también la oportunidad para que se promuevan las campañas de prevención de la ceguera respaldada por la iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Organismo Internacional de Prevención de la Ceguera “Visión 2020: el derecho a ver”.



La mácula es la parte de la retina central que recibe el “detalle fino” de las imágenes. Aunque es pequeña es muy importante, ya que por su ubicación central nos permite distinguir con claridad aquello que se encuentra directamente frente a nuestra mirada. Es la responsable de que podamos efectuar con precisión tareas detalladas como leer y escribir y, del mismo modo, es la que nos habilita a ver colores.

En ocasiones, las células muy especializadas que forman la mácula pueden sufrir alteraciones y dejan de cumplir con sus funciones. Las causas pueden ser múltiples (diabetes, vasculopatías, miopías severas) pero, en general, cuando aparecen en personas mayores se las suele denominar como “asociadas con la edad”. Simplificando las ideas, podemos decir que se conocen dos formas básicas de degeneración macular asociadas con la edad: la forma designada como “seca” y la conocida como “húmeda”. Estos términos no hacen alusión al modo en el cual el paciente percibe su ojo sino a los hallazgos que puede encontrar el oftalmólogo cuando efectúa su examen.



La degeneración “seca” es la forma más frecuente (80%), una de sus características es el desarrollo lento y progresivo que lleva a la pérdida progresiva de la visión central. La presentación tan progresiva hace que los pacientes sólo se aperciban que algo no anda bien cuando tienen problemas con la percepción de los colores de una fotografía o de un cuadro. Hoy existen recursos ópticos que pueden adoptarse para mejorar la situación.

La degeneración “húmeda” se produce debido a la proliferación de nuevos vasos sanguíneos que pueden sangrar y dejar cicatrices. Estas lesiones son precisamente las que pueden ocasionar pérdida de la visión. Aunque sólo suele representar el 20% de todos los casos de degeneración macular asociada con la edad, se desarrolla rápidamente pero también suele responder favorablemente al tratamiento, sobre todo si se la trata precozmente.



Experiencia, ciencia y la OCT, nos ayudan a orientar y paliar mejor estas enfermedades.



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