viernes, 2 de diciembre de 2016

FOSAMAX y DMAE


Bifosfonatos orales y riesgo de DMAE

Abierta una investigación sobre el riesgo de desarrollar DMAE húmeda con el consumo de bifosfonatos orales.

·         Fosamax (nombre genérico: alendronato sódico)
·         Actonel (nombre genérico: risedronato)
·         Boniva (nombre genérico: ibandronato)
·         Reclast (nombre genérico: ácido zoledrónico)*

Los bifosfonatos son el tipo de medicamento utilizado con mayor frecuencia para tratar la osteoporosis. Mantienen los huesos fuertes al disminuir la velocidad con la que se deterioran los huesos. Los bifosfonatos reducen el riesgo de fracturas de la columna y, en la mayoría de los casos, también reducen el riesgo de fracturas de cadera.

Hay varios tipos de bifosfonatos disponibles, en pastilla o líquido. Algunos son intravenosos, lo que quiere decir que se inyectan a la vena en el consultorio médico u hospital.




Los bifosfonatos son el tipo de droga utilizada con mayor frecuencia para prevenir osteoporosis. Se trata de moléculas complejas con propiedades proinflamatorias que explicarían algunos de sus efectos adversos.

La degeneración macular asociada con la edad (DMAE) es una patología incurable que continúa siendo la causa principal de ceguera en personas de edad avanzada. Hay dos tipos de DMAE: seca y neovascular o húmeda. Las inyecciones intravítreo de anti factor de crecimiento endotelial vascular son el tratamiento indicado contra la DMAE húmeda. Las investigaciones realizadas han identificado varios factores de riesgo como factores genéticos, el cigarrillo y la obesidad.

Sin embargo, se desconocen los efectos del uso de drogas prescriptas, especialmente las que provocan inflamación como los bifosfonatos. Creemos que el uso a largo plazo de bifosfonatos podría incrementar el riesgo de DMAE neovascular en adultos mayores, por lo que se realizó el presente estudio.
Se utilizaron tres diseños en el presente estudio: Análisis de desproporcionalidad, estudio de casos y controles y serie de casos autocontrolada.



Para el análisis se utilizaron datos del sistema de información de efectos adversos de la FDA, con datos entre 2004 y 2014.

Para el estudio de casos y controles y la serie de casos utilizamos la base de datos del ministerio de salud de Columbia Británica.

Los resultados del estudio indican un incremente del riesgo de desarrollar DMAE húmeda con bifosfonatos orales. Esto se pudo observar en el análisis de disproporcionalidad, donde el alendronato tuvo la asociación más marcada y la mayor cantidad de casos informados, incluyendo casos con tres años de uso de bifosfonatos. Asimismo, tanto el estudio de casos y controles como la serie de casos demostraron un aumento del riesgo de DMAE húmeda con el tiempo de uso de dicha droga.

El mecanismo de la DMAE involucra interacciones complejas de factores genéticos y ambientales. Cada vez existen más pruebas de que la inflamación tanto local como sistémica actúa como factor de riesgo de DMAE. Los estados inflamatorios medidos de acuerdo a los niveles de proteína reactiva C, interleuquinas y activación del complemento aberrante, están asociadas con aumento de la incidencia de DMAE. Debido a las propiedades inflamatorias de los bifosfonatos, estos podrían aumentar el riesgo de DMAE húmeda.



Las consecuencias oculares de la inflamación provocada por bifosfonato han sido documentadas en informes de casos de escleritis, uveítis e inflamación de la órbita. Asimismo, se ha demostrado  in vitro el incremento de la expresión de mediadores inflamatorios como la proteína reactiva C, con el uso de bifosfonatos. Un análisis de 5 cohortes numerosas mostró una asociación similar entre los niveles de proteína reactiva C y DMAE húmeda. Otras citoquinas inflamatorias como Interleuquina 6 e interleuquina 8 también aumentan por los bifosfonatos. Los niveles de IL6 e IL8 son altos en pacientes con DMAE húmeda y están asociados al volumen del edema macular en estos pacientes.

Sin embargo, los bifosfonatos también tienen propiedades antiangiogénicas, un estudio demostró que los bifosfonatos podrían mejorar los resultados visuales y anatómicos en un estudio pequeño no aleatorizado de pacientes con membranas neovasculares secundarias a DMAE húmeda y miopía patológica. De todas formas, dicho estudio solo hizo un seguimiento de seis meses y es posible que los efectos proinflamatorios de los bifosfonatos superen los efectos antiangiogénicos al ser utilizados por periodos prolongados.



Los resultados del presente estudio muestran un incremento del riesgo de DMAE húmeda con el uso de bifosfonatos orales. Dada la naturaleza observacional del presente estudio y las limitaciones de la información, se necesitan nuevos estudios para confirmar estos resultados.

Hay que estudiarlo más y mejor, pero lo valoramos negativamente; ante la duda, lo retiramos de nuestros pacientes.

OFTALMÓLOGO ESTEPONA



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